Por Valeria Davila
English translation follows
Cuando se comenzaron los intercambios de estudiantes entre el Colegio Dawson y Upemor, hace más de un año, no imagine las dimensiones de este proyecto con tantas vertientes; cada uno de los 11 estudiantes de ǿմýƵ que estuvieron en
el Centro de Capacitación Ambiental (CECAM) de la Upemor fue dejando su huella con nosotros. Aprendimos juntos, construimos chimeneas y hornos solares con Ella, Ali, Morgen y Mikayla. Hicimos dinámicas de liderazgo ambiental con Joni, Dalton y Arielle. Construimos comederos de aves, sembramos en el huertos e hicimos bombas de flores con Sam B., Emma y Aniela. Hicimos inventarios y fotografiamos a la biodiversidad con Sam Nesterenko. Con los chicos del Programa Ambiental hicimos composta, cortamos las plantas, cuidamos el huerto, hicimos eventos, comimos pozole, tacos y sushi, reímos y nos divertimos. Hasta jugamos blitz y cubeta, muchas veces con la complicación del idioma, el sofocante calor o los molestos mosquitos, pero con todo eso uno aprende, crece y siente.
Cuando Gisela Frias y Chris Adam visitaron por primera vez la Upemor, el ver como alguien externo, de un país como Canadá, pudiera reconocer el esfuerzo y el valor que se ha puesto al CECAM, que supiera de la importancia y la complejidad que conlleva tener lo que hoy tenemos, fue muy gratificante. Se trabajó en conjunto, una plática de felicidad sustentable, un taller de liderazgo ambiental que nos llevó a conocernos un poco más; pero todo dio un giro inesperado cuando en nuestras platicas incluimos el tema del “jardín por la paz” que hay en Dawson. El escuchar el proyecto de Chris Adam y explicarle el proyecto de una laguna en la Upemor, que por años ha estado en el tintero, fue tan apasionante que el idioma no fue un obstáculo. Chris y yo comenzamos a construir, a imaginar y soñar ante la mirada atónita de Luisa Montes (de Ciudades Verdes) y Gisela Frias. Solo éramos dos amantes de la naturaleza, los animales y de las flores que se encontraron para crear el “Jardín acuático por la paz en la Upemor”. El objetivo establecido fue alto, buscar que 200 especies de organismos lleguen a la Universidad. Es por ello que comenzamos a trabajar, iniciando con un recorrido a la reserva ecológica del Texcal que está a un par de kilómetros de distancia de la UPEMOR. Lo que vimos ahí nos dio esperanza de lograr la meta.
Hoy se suman a este esfuerzo Larry, de la Universidad de Santo Tomas en Colombia, quien con asesoría del maestro Carlos Díaz rediseñan la laguna de regulación que existente en la Upemor para que ésta permanezca inundada todo el año; se suman también los alumnos de la Universidad que ayudan con el trabajo comunitario, y claro, la labor que harán los próximos chicos que llegaran a la Upemor del ǿմýƵ para hacer su estancia en 2017. Aún queda mucho por hacer, el diseño del mural, de las jardineras, de los nichos de aves, el trabajar para conseguir los materiales y tener todo a tiempo para que durante la próxima temporada de lluvias pueda inundarse la laguna y crear así el jardín esperado para dar un espacio de reflexión, esparcimiento y tranquilidad a la comunidad universitaria.
Al regresar a casa, después de dos semanas en Dawson, con ojos nuevos, con compromisos renovados y llegar y ver la laguna inundada en la Universidad, porque en México las lluvias están siendo intensas en estos días, y verla llena de plantas acuáticas que están floreciendo, ver las libélulas, las mariposas, los sapos y las aves alrededor de ella, es como una señal de que vamos en el camino correcto. Hoy sé que se puede lograr, por que visitar el jardín por la Paz en Dawson y sentir la tranquilidad y ver el orgullo con el que hablan de este espacio, me hicieron sentir que es un sueño posible, y que solo se logrará con la suma de esfuerzos y voluntades. Así que es hora de seguir construyendo.
Por Valeria Davila
English translation by Abril Obregon Gonzalez
When the exchanges started between ǿմýƵ and the Upemor, more than a year ago, I did not imagine the dimensions this project would reach. Each one of the 11 students from ǿմýƵ that has come to the Environmental Capacitation Center (CECAM) at the Upemor has left their own mark. We learned together. We built chimneys and solar ovens with Ella, Ali, Morgen and Mikayla. We learned environmental leadership practices with Joni, Dalton and Arielle. We built bird feeders, we planted in the vegetable garden and handcrafted flower-seed-bombs with Sam B., Emma and Aniela. We made inventories and photographed the university’s biodiversity with Sam Nesterenko. Together, with the students from the Environmental Program, we composted, cutted plants, took care of the orchard and organized events. We ate Pozole, Tacos and Sushi. We laughed and had lots of fun. We even played Blitz and Bucket, and we did so even with the language complications, the suffocating heat and the annoying mosquitoes. We learned, grew and felt.
When Gisela Frias and Chris Adam visited the Upemor for the first time I appreciated the fact that an outsider, from a country like Canada, could recognize and value the efforts that we have invested in the CECAM. It was gratifying to see that they understood the importance and the complexity behind our work. Teamwork, a talk about sustainable happiness and a workshop about environmental leadership helped us to get to know each other better. But it all took an unexpected turn when we started to talk about the “Dawson’s Peace Garden”. Hearing about this project and explaining to Chris Adam about a project that has long been in the making, “the Upemor’s lagoon”, was so thrilling that language was no longer an obstacle. Chris and I started building, imagining and dreaming upon the astonished looks of Luisa Montes (from Ciudades Verdes) and Gisela Frias. It was two nature, animal and flower lovers talking about creating the Upemor’s Aquatic Peace Garden. The objective was high. We set as a goal to attract 200 species of organisms to the University. We started working and began by taking a tour of the ecological reserve El Texcal that is just a couple of kilometers from the Upemor. What we saw there gave us hope to achieve our goal.
Today we can add to this effort, the work done by Larry, from the University of Santo Tomas in Colombia, who under the advice of Carlos Diaz (teacher) has been redesigning the water regulation lagoon that exists at the Upemor as a measure to avoid floods all year long. Some students from the university have also added their efforts. We thank them for their community work and the work of the next Dawson students that will arrive in 2017. There is a lot to be done, desiging a mural, the gardens, the bird nests and to get the materials. We have have to do evertthing in time to be able to collect the next rainwater fall so that the lagoon can flood and create the Aquatic Peace Garden, a space for reflection and tranquility for the University’s Community.
When I got back home, after two weeks at Dawson, with a new vision and renewed commitments I found the inundated lagoon at the University. It had been raining heavily in Mexico. Seeing it full of blooming aquatic plants, seeing the fireflies, butterflies, the toads and the birds surrounding it, was a signal that we are in the right path. Today, I know that it can be achieved, because visiting the Peace Garden at Dawson, feeling the tranquility and seeing the pride in which they spoke of that space, made me feel that it is a possible dream and that it will only be achieved by adding effort and will. So it is time to keep building.